Diversas investigaciones han demostrado que crecer con perros puede disminuir el riesgo de desarrollar asma en la infancia. Sin embargo, de acuerdo a investigaciones recientes, las características particulares del perro, como su sexo y su raza, podrían tener efectos diferenciales.

Específicamente, tras llevar a cabo un estudio, un equipo de investigadores descubrió que las hembras están asociadas a una disminución más marcada de los riesgos de sufrir asma en la infancia que los machos; asimismo, en la medida en la que hay más perros, los riesgos de desarrollar esta enfermedad disminuyen aún más.

Crecer con un perro puede disminuir el riesgo de desarrollar alergia

Investigaciones previas sugieren que cuando los niños crecen con al menos un perro de mascota, tendrán menos probabilidades de desarrollar asma; sin embargo, no se sabía si esto está relacionado a alguna característica en particular de estas mascotas. Por tanto, un equipo de científicos decidió someter a prueba el fenómeno.

Para ello, se evaluó el efecto diferencial de variables tales como el sexo de los perros, su raza, el tamaño, además de la cantidad de perros presentes en el hogar. A estos fines, los investigadores trabajaron con bases de datos que contienen información de todos los niños nacidos en Suecia desde el 2001 hasta el 2004 que tuvieron un perro en el hogar al menos durante su primer año de vida; de esta manera, se trabajó con un total de 23.600 participantes.

Específicamente, los datos poblacionales de Suecia, en conjunto con los registros de salud, fueron vinculados con dos bases de datos de dueños de perros de esta nación. Posteriormente, los perros fueron clasificados por sexo, raza, tamaño, número y supuesta hipoalergenicidad. De esta manera fue posible establecer una relación entre las mencionadas cualidades caninas con el riesgo de sufrir asma o alergia durante la infancia.

Tras el análisis se descubrió que el asma tiene una prevalencia del 5,4% entre los niños de seis años. Por su parte, los niños que conviven con perros hembra en el hogar tienen un 16% menos de probabilidades de desarrollar asma que aquellos que tienen un perro macho. Adicionalmente, los investigadores descubrieron que los niños que viven con dos o más perros en casa tienen un 21% menos de riesgo de desarrollar asma en comparación con los niños que solo tienen un perro.

¿Existen realmente los perros hipoalergénicos?

Los beneficios de tener un perro durante la infancia están bien documentados por la ciencia.

Para sintetizar, los resultados permiten reafirmar lo sugerido por otras investigaciones: efectivamente, tener un perro como mascota durante la infancia reduce los riesgos de desarrollar asma; sin embargo, esto depende de ciertos factores. Por ejemplo, las perras están asociadas a menores probabilidades de desarrollar esta enfermedad que los machos.

Al respecto, los investigadores explican que se ha demostrado que los perros machos no castrados expresan más alérgenos que los perros castrados y las perras.Asimismo, tener dos o más perros en el hogar disminuye aún más el riesgo de padecer asma. No obstante, lo sorprendente del caso fueron los efectos observados en los perros supuestamente hipoalergénicos.

En primer lugar, se observó que era más probable que los padres con asma o alergia escogieran perros de raza hipoalergénica como acompañantes en el hogar, con un 11,7% de probabilidades. Sin embargo, la exposición a estas razas se asoció a un 27% más de probabilidades de desarrollar alergias; en este caso, no se observó incremento algún respecto al riesgo de sufrir asma.

Por tanto, los investigadores sugieren que los perros supuestamente hipoalergénicos, en realidad, no liberan menos alérgenos que otras razas de perros. En pocas palabras, no hay evidencias científicas que respalden las supuestas cualidades hipoalergénicas de ciertas razas de perros.

Aun así, debemos tener presente que se trata de un estudio correlacional, por lo que no pueden establecerse relaciones causales. Por el momento, los investigadores recomiendan más estudios que tomen en cuenta otros factores, como el tiempo de exposición a estos animales, además de usar biomarcadores para analizar el riesgo de desarrollar alergias, ya que esto permitiría una evalución más rigurosa.